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jueves, 18 de agosto de 2016

Court de Gebelin acerca Egipto al Tarot

ANTOINE COURT DE GEBELIN

Antoine Court de Gebelin formuló la teoría del origen egipcio del Tarot, y además abrió el camino a todas las futuras reflexiones ocultistas tras sugerir una relación entre los 22 arcanos mayores y las letras del alfabeto hebreo.

Antoine Court de Gebelin
Antoine Court de Gebelin
Posiblemente el esoterismo moderno habría sido muy distinto de como se conoce en la actualidad si Antoine Court de Gebelin no hubiera dado la campanada al revelar que el Tarot es un antiguo libro egipcio cuyas imágenes contienen los secretos de la creación del mundo y del destino de la humanidad.

Estas afirmaciones y las explicaciones que las acompañaban proliferaron y se extendieron por todos los ambientes esotéricos, dando vida a lo que se conoció como “el misticismo del Tarot”, que todavía hoy en día continúa en evolución, ya que estas figuras se han convertido en el objeto de las más diversas doctrinas histéricas, antiguas y modernas.
Por todo ello, cabe preguntarse si Court de Gebelin era consciente de la importancia de sus revelaciones. Para poder responder a esta pregunta es conveniente acercarse a su personalidad, amistades y el contexto histórico en  el que vivió.

ENTRE MASONES E ILUSTRADOS
Nacido en 1725 cerca de Nimes, en Francia, siendo joven, Antoine tuvo que seguir a su padre, teólogo protestante, a su exilio en Suiza, obligado por motivos políticos. Posteriormente en 1754, él también fue ordenado “ministro del Santo Evangelio” pero, para distinguirse de su padre, añadió a su apellido el de su abuela. Antoine Court de Gebelin regresó a Francia en 1763 instalándose en la capital parisina, donde se convirtió en asiduo de los círculos ilustrados.
No es de extrañar que en 1770 ingresara en la logia masónica Les Neuf Soeurs, que daba cabida a ilustres pensadores como los enciclopedistas Diderot y D’Alembert, los teóricos de la Revolución Francesa Danton y Desmoulins o los científicos Franklin y Lalande.
Estrechó también relaciones con las ramas ocultistas de la masonería y entró él mismo a formar parte de la Ordre des Philalètes, o Amigos de la Verdad, una cofradía inspirada en las tradiciones herméticas.
Precisamente las doctrinas que se remontaban a Hermes Trimegisto, el Mercurio romano, el Toth egipcio, son la base de las revelaciones de Court de Gebelin sobre el Tarot.

LA MODA DE EGIPTO
La revelación de Court de Gebelin que presuponía que el Tarot era un juego de origen egipcio, no tuvo dificultad en ser aceptada en la Europa del siglo XVIII, dado que había una moda de lo egipcio que estaba presente tanto en la literatura como en la música o en las artes decorativas.

Jeroglífico Egipcio
Jeroglífico Egipcio
En 1731 el abate Jean Terrason publicó la novela Sethos, subtitulada Descripción de las iniciaciones a los misterios egipcios. Esta obra condicionó la elaboración de los rituales de la masonería francesa e inspiró la ópera La Flauta Mágica, de Wolfgang Amadeus Mozart, que también era masón.
Por otra parte, en la masonería se había extendido la idea de que todos los conocimientos y sus propios ritos de iniciación masónica, procedían del Antiguo Egipto. Apoyándose en esta creencia, en 1784 el conde de Cagliostro fundó en París la logia Madre de Adaptación de la Alta Masonería Egipcia, en la que trató inútilmente de reunir a todas las demás cofradías masónicas.
Basta esto para comprender el estupor causado por el descubrimiento de un antiguo libro egipcio por parte de Antoine Court de Gebelin.


REVELACIONES EXTRAORDINARIAS
En el año 1773 fue elegido Gran Maestre de la logia Les Neufs Soeurs y publicó su obra “Le Monde primitif, analisé et comparé avec le moderne”, donde intentó vincular las tradiciones religiosas de todos los pueblos con una presunta unidad primitiva.
La obra no se terminó debido a la muerte del autor, que ocurrió en 1784.
En el octavo volumen, del año 1781, apareció el ensayo “Du jeu des Tarots”, que condicionó durante siglos la interpretación del Tarot.
La introducción posee un tono de reminiscencias periodísticas: “Hoy en día existe una obra de los antiguos egipcios que escapó a las llamas de sus magníficas bibliotecas, una obra que contiene la doctrina más pura de Egipto (…), un libro muy difundido por gran parte de Europa, que desde hace siglos está en mano de todos (…), con la apariencia de una baraja de extrañas figuras exentas de todo sentido. Este libro es el juego del Tarot”.
A continuación nuestro personaje explicaba el significado de los 22 atous, o triunfos, relacionándolos con ideas, que en realidad, no tenían nada de egipcias. Por otra parte, el gran Champollion aún no había descifrado los jeroglíficos con la ayuda de la Piedra de Rosetta, y los monumentos egipcios más importantes estaban cubiertos aún por las arenas del desierto.

Imágenes de Arcanos del Tarot que aparecen en Du jeu des Tarot
Imágenes de Arcanos del Tarot que aparecen en Du jeu des Tarots

En el arcano del Carro interpretó al protagonista como la representación de Osiris triunfante. En la Estrella estaba Isis expandiendo las preciosas aguas del Nilo en el momento en que surge Sirio. En el Diablo vió a Tifón, hermano y asesino de Osiris.Es sorprendente el hecho de que Court de Gebelin, a pesar de conocer el Tarot italiano, más antiguo que el francés, basará su análisis en el modelo marsellés, que según él conservaba mejor que los otros su antigua fisonomía. Con todo, lo más extraño de su teoría eran las afirmaciones en las que subrayaba el origen egipcio de algunos términos franceses.
Por ejemplo, Tarot, del egipcio Ta-Ros (sendero real); Bagat, de pagad (mercenario), y Mat, idéntico al oriental muerto o agrietado.
Las revelaciones de Court de Gebelin hicieron mucho ruido, igual que las de un colaborador anónimo.

EL LIBRO DE TOTH
Como anexo al artículo de Antoine, un colaborador suyo que firmaba como M. le C. de M., proponía la traducción de Ta-Ros como “Ciencia de Mercurio”, también falsa, ya que Mercurio era la contrapartida romana del Toth egipcio, e identificaba el Tarot con el legendario Libro de Toth: “Es natural pensar que el inventor de estas imágenes fue el primer historiador. En efecto, Toth es considerado el primero que realizó una representación de los dioses, esto es, de los actos de omnipotencia y de la creación, a los que añadió algunos preceptos de moral”.
Así escribía, C. de M., para luego explicar que los 22 atous se dividen en tres series correspondientes al nacimiento del cosmos, a las experiencias vitales y a las virtudes, vicios y contradicciones de los hombres.
Por último exponía muy sintéticamente el significado adivinatorio de algunas cartas del Tarot y un método de lectura.

No era ésta la primera obra de cartomancia, ya que en 1775 se había publicado un tratado sobre adivinación mediante las cartas francesas. Sin embargo, la importancia que se dio al Tarot contribuyó a extender la idea de que poseía las figuras adivinatorias por excelencia; una idea que a partir de aquel momento fue creciendo exponencialmente.

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