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miércoles, 29 de junio de 2016

Antropología: El Origen del Ser Humano

Mundo moderno y Sabiduría antigua. Parte 10

Reproducimos con una cierta dosis de sarcasmo involuntario las palabras de una luminaria de la Ciencia de principios del siglo XIX, el francés Georges Cuvier: “Hombres prehistóricos distintos físicamente de los hombres actuales no han existido nunca sobre la superficie de la Tierra”.
En su propio país, Francia, es donde se encontraron los restos fósiles del Hombre de Cro-Magnon (castellanizado como Cromañón). Y podemos ver sus restos y los de muchos otros en gran cantidad de museos por todo el mundo.

Cráneo del Hombre de Cromanón y del Neanderthal
Cráneo del Hombre de Cromanón y del Neanderthal


En el sánscrito Libro de Manu (siglo II antes de J.C.) se indica que el germen de la vida apareció en el agua a causa de la acción del calor. Luego se manifestó como un mineral, una planta, un insecto, un pez, un reptil, un mamífero y finalmente un hombre.
Otros libros brahmánicos nos dan el siguiente orden de las Encarnaciones de Vishnú: pez, tortuga, verraco, hombre-león, enano, hombre con un hacha, Rama y Krishna.
Parece hacer un cierto olor darwiniano en esa serie. El pez se convierte en reptil, luego el mamífero ocupa su lugar, apareciendo a continuación los primates gigantes y enanos.
El Gigantopithecus tenía una altura de unos cinco metros, en tanto que el Pithecanthopus era corto de talla.
El Cromañón, el “hombre con un hacha” es el verdadero progenitor del hombre moderno. Rama es una alegoría del hombre civilizado y Krishna representa la meta futura de nuestra especie: el hombre cósmico.
Estas ideas de los sabios indios se anticiparon unos cuantos miles de años a la teoría expuesta por Darwin.

Citamos ahora a Anaximandro, siglo VI antes de J.C.: “El antepasado del hombre es un pez: criaturas vivientes surgieron procedentes del agua”.
El poeta romano Lucrecio, siglo I, nos legó en su poema Sobre la Naturaleza, una buena descripción de la “supervivencia del más apto”.

Siendo sinceros no hay nada ofensivo en la teoría de la evolución: un proceso cósmico de crecimiento desde las formas inferiores de vida hasta las más complejas. De hecho esto encierra una promesa de un futuro aún más grande para la Humanidad.

Según la Antropología los monos antropoides aparecieron hace unos dos millones de años. No eran ni monos ni hombres, pero puede que hay esté el origen del hombre moderno, y de los simios también.
Los estudios de ADN comparado, han establecido que la diferencia entre el humano y el simio es tan sólo del uno por ciento. ¡Sólo un 1% diferencia a un mono de un hombre!

Si al período mencionado antes de dos millones de años, que podría representar el lapso de existencia humana sobre este planeta, lo equiparamos a la duración de un año, entonces el Australopithecus surgió en 1 de julio,  el  Pithecanthropus apareció el 14 de octubre, el hombre de Neanderthal en navidad, y el de Cromañón el 27 de diciembre.
Siguiendo con esta metáfora, hoy es 31 de diciembre, y este día ha tenido una duración de 5.500 años.
El hombre primitivo empezó a construir herramientas entre los meses de Julio y Septiembre. Pero tuvo que esperar hasta la segunda semana de Diciembre para descubrir… ¡el fuego!
Durante once meses el antepasado del hombre fue separándose poco a poco del reino animal, adoptando una postura erecta y desarrollando su cerebro.

Nuestro progenitor más cercano es el hombre de Cromañón. Medía en torno a 1,80 metros, era inteligente y bien parecido. Surgió hace unos 35.000 años durante el último período glacial y tuvo una existencia continuada hasta la aurora de la Historia, convirtiéndose en el padre del hombre moderno.
El Neandertal europeo no se le parecía. Medía sólo 1,65 metros, con cortos pero muy musculazos miembros, una amplia caja torácica, al estilo de la de Pavarotti, y pesaba unos 80 kilos. Tenía una frente pequeña, el término que mejor la describe es huidiza, ya que parece que huye hacia la parte posterior de la cabeza. Carecía casi de barbilla y se le puede considerar feo en comparación con el Cromañón.
Hubo una época en que ambos compartieron este planeta, pero el Cromañón, más inteligente, acabó eliminando al Neandertal, que era más fuerte. Hubo cruces ocasionales entre ambas razas creando un mestizo que estaba a medio camino entre la inteligencia del Cromañón y la fuerza bruta del Neandertal.

Si tenemos en cuenta que fueron necesarios centenares de miles de años para crear a partir de los primates al Neandertal, un ser rechoncho, sin frente ni barbilla y de nariz gruesa, ¿cómo pudo el Cromañón desarrollarse en tan sólo unos pocos miles de años?
Consideremos brevemente el retrato de un Cromañón: se vestía con pieles que cosía y bordaba, pintaba hermosas figuras en las rocas de las cuevas, tallaba huesos de mamuts y también llevaba calendarios de acuerdo con la observación de la Luna. Se cree que incluso tenían escuelas de arte.
¿No nos parece demasiado familiar?

Los yacimientos arqueológicos prehistóricos están llenos de vida y están reescribiendo el pasado cada dos por tres. Hallazgos como los de Atapuerca, en Burgos (España) abren las posibilidades a nuevos y prometedores descubrimientos sobre nuestras raíces.

Homo Antecessor de Atapuerca (Burgos)
Homo Antecessor de Atapuerca (Burgos)


Nuestro planeta ha sufrido períodos de glaciaciones de diversa duración. El último finalizó hace unos 12.000 años. Pero también hubo períodos interglaciares, y en uno de ellos estamos viviendo nosotros ahora.
Hace 150.000 años prevalecía un clima muy cálido, durante el cuál la civilización pudo perfectamente haber nacido, florecido y después muerto en una nueva oleada de hielo. El hombre de Cromañón puede haber sido un superviviente de esa época. Esta hipótesis teórica podría explicar su gran cerebro y amplia frente. Igualmente podía llevar en su herencia genética rasgos de otra raza más antigua, de la misma manera que nosotros portamos parte de sus genes.

Antes hemos hecho una comparación del tiempo de permanencia humana sobre la Tierra con un año. Llevemos esa comparación a un día, ese día que estamos viviendo ahora mismo y que decíamos que era el 31 de diciembre, y dividámoslo  en 12 horas, desde las seis de la mañana hasta las seis de la tarde (más o menos desde el amanecer hasta el atardecer).
Hoy a las 7 de la mañana descubrimos la aleación del bronce, la escritura y la rueda.
A las 8 empezamos a construir ciudades.
En torno a las 11 de la mañana aprender a fundir y forjar el hierro.
Sobre la 1 de la tarde nuestros ancestros griegos meditan, y con mucho acierto como estamos viendo, sobre la naturaleza del Universo, desde el átomo hasta el viaje espacial.
Es en torno a las 4.30 de la tarde cuando nos despertamos de la siesta que nos supuso la Edad Media, y empezamos a desarrollar la herencia científica que nos llegó de Grecia.
A las 5 de la tarde los grandes exploradores navegan por los océanos y descubren nuevos continentes y abren nuevas rutas comerciales.
Y ya a punto de ponerse el sol, rompemos un átomo creando las armas de destrucción masiva y volamos hasta la Luna.


Bibliografía:
La conexión cósmica - Carl Sagan
Alquimia - Titus Burckhardt
Astronaves en la Prehistoria – Peter Kolosimo
El Mago - John Fowles
El Gran Arte de La Alquimia - Jacques Sadoul
El Mensaje Oculto de La Esfinge - Colin Wilson
Enigmas Arqueológicos - Luc Burgin
Enigmas Sin Resolver – Iker Jiménez
La Arqueología Misteriosa - Michel Claude Touchard
Profeta del Pasado - Erich Von Daniken
Shambhala - Andrew Tomas
Stonehenge - Fernand Niel
Enigmas De La Historia - Taylor Jeremy
El retorno de los brujos – L. Pauwels y J. Bergier
Recuerdos del futuro - Erich von Daniken
Dioses, tumbas y sabios – C.W. Ceram

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