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lunes, 14 de diciembre de 2015

El Oráculo del I Ching: La Retirada, conservar los recursos.



El mensaje de la semana a través del I CHING: La Retirada, conservar los recursos (33)


El trigrama superior simboliza el Cielo, el padre, la fuerza. Con su movimiento fuerte permite una retirada libre de obstáculos.

El trigrama inferior representa la Montaña, la detención, lo obstinado, lo duro. Debido a la contención, característica de este trigrama, nos impide y dificulta la retirada.


El Oráculo del I Ching, 33, La Retirada

En la imagen vemos a un hombre mayor, o al menos así lo parece, debido a su pelo y barba cana, sentado en posición de meditación, con los ojos cerrados, en lo que parece ser la entrada a una gruta.

El cielo está de un color marrón apagado y triste y del interior de la cueva no proviene ninguna luz.

Aun así, a pesar de la oscuridad del fondo de la escena, la hierba presenta un color verde primavera, luminoso y esperanzador en el que podemos ver que han salido tres flores blancas y dos violetas, como si nos indicara que tenemos que dar gracias por tener al menos eso, aunque con los ojos cerrados, no sé si será consciente de ello, o su capacidad de introspección le lleva a ver “lo que tiene internamente”.

Retirarse no es huir, porque la huida se hace después de evaluar y reflexionar sobre un problema concreto mientras que la retirada es más bien una percepción interna, es esa señal que sentimos dentro de nuestro vientre advirtiéndonos de que se aproximan una serie de dificultades y que lo mejor que podemos hacer es retirarnos, sin prisa, sin ruido y sin violencia.

Cuando nuestra intuición nos diga que el ambiente se está poniendo frío, que ya no es un buen lugar para crecer y desarrollarnos, cuando nos dice que no será prudente permanecer en esa situación, ya sea sentimental, laboral o de cualquier otra índole, debemos prestarle atención.

Pero no debemos racionalizar esa sensación porque la mente tiende a evitar los cambios hasta que no lo ha entendido todo y eso nos retrasa y nos estanca en un lugar o una situación donde ya nada nos es favorable.
Retirarse también puede ser liberarse, soltar las mochilas que  contienen cosas que en otro tiempo fueron útiles y valiosas pero que debido a nosotros mismos, a que cambiamos, a pesar de no ser muy conscientes de ello, ya no nos sirven.

Pongamos el ejemplo de las aves migratorias.

No se reúnen para ver si deciden partir de un lugar y qué día, no, ellas saben que deben marcharse intuitivamente antes de que cambie la estación, en el momento en el que los días comienzan a hacerse más cortos. Eso se lo dice su sentido común congénito. Si no lo hacen así, estarán avocadas al peligro.

Sólo los humanos somos lo suficientemente tontos como para aferrarnos a una situación, lugar o relación aun sabiendo que nos está haciendo daño.

Si algo en tu interior te dice que debes soltar, o retirarte, hazlo con confianza, despliega tus alas y confía en que vientos más favorables te harán avanzar hacia algo nuevo, fresco y esperanzador.

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