El mazo del Tarot
de Gustav Klimt está inspirado en la pintura de dicho artista.
Klimt pintor austríaco (1862-1918) y coetáneo de
Gaudí, pertenece al Art Nouveau alemán llamado Jugenstil, aunque él con un
grupo de amigos fueron los que iniciaron el Art Nouveau en Austria llamado
Sezession, que surgió como alternativa a la pintura academicista de Viena.
Los artistas de la Sezession, tomaron como icono a la
diosa griega de la sabiduría y la justicia Palas Atenea, de la cuál Klimt hizo
una interpretación muy a su manera que veremos en uno de los Arcanos.
Las pinturas de Klimt de esta época están cargadas de
simbolismo y de un barroquismo en los adornos y la decoración típicos del Art
Nouveau.
Marcado por el espíritu sensual de Ingres a la hora de
representar a la mujer desnuda, dotará a “sus mujeres” de un simbolismo muy
marcado, mucho más plástico y con matices provocativos y en algunos casos
abiertamente sexuales.
Vamos a ver uno por uno los Arcanos Mayores:
El Loco nos muestra la debilidad y la pobreza tanto de la
moral como del espíritu, en la imagen de un hombre mayor desnudo y de cuerpo
esquelético.
Este hombre cubre su cara con las manos, como
queriendo ocultarnos su verdadera identidad, como si estuviera avergonzado.
El Mago representa, en lugar del hombre de aspecto andrógino del
Nuevo tarot de Marsella, a una mujer,
fuente de sensibilidad y poder, que es la encarnación de las obsesiones de
Klimt.
En su mano derecha porta un cuenco, símbolo del agua y
las emociones y en su brazo derecho se enrosca una serpiente, fuente de vida e
inmortalidad.
La Sacerdotisa nos muestra a
una mujer vestida con un atuendo de la época, blanco y vaporoso, símbolo de
pureza y de mirada misteriosa y fría.
Porta en su regazo un libro, símbolo del conocimiento
y sabiduría.
La Emperatriz En este arcano,
Klimt hace su particular interpretación sobre Palas Atenea, diosa de la
Justicia, la Sabiduría y la guerra.
Aparece con su cabeza cubierta por un yelmo indicando
su invulnerabilidad y tiene un peto con escamas doradas adornado con una máscara
burlona.
Su mano derecha sostiene la figura de una mujer en
representación del alma, mientras sujeta una lanza con su mano izquierda,
símbolo de poder.
El Emperador. De no ser porque
la emperatriz mira frontalmente, podríamos decir que son dos imágenes
simétricas.
Este Arcano está representado por un hombre joven y
fuerte, con su cabeza coronada con laureles, símbolo de inmortalidad y la
victoria.
Está representando al Dios del Sol y la Luz, Apolo.
En su mano izquierda porta la figura de una mujer
sobre la bola del Mundo, al igual que la Emperatriz, denotando el poder
femenino del alma, y en su mano derecha sujeta la lanza, símbolo de poder.
El Papa es un hombre de mediana edad con el autorretrato del
propio Klimt.
En la túnica, profusamente decorada, aparecen el pez y
el gallo como alegorías de la vida y la fecundidad y la encarnación del sol.
En la mano izquierda lleva un báculo emblema de su fe.
El brazo derecho está cruzado sobre el pecho en una
actitud nada dialogante.
Los Enamorados nos muestran a
una pareja en actitud cariñosa.
Se trata del cuadro de El beso en el que Klimt se pintó a sí mismo besando a su esposa.
En este caso el poder que otorga Klimt a la mujer a lo
largo de toda su obra queda relegado a
la caricia del hombre.
En el Carro. Otra vez se sustituye el
personaje masculino por una mujer.
Ésta aparece de pie, dormida, simbolizando el alma,
sobre el carro, que representa el cuerpo físico.
Aún dormida y ausente mantiene las riendas con la mano
derecha, la parte instintiva, mientras con la izquierda sujeta una vara de
poder que apunta al cielo.
La Justicia en este caso aparece de pie y no sentada, con los
ojos cerrados como expresión de su ceguera, cubierta de ropajes en representación
de la materia.
Aparecen los objetos alegóricos, la balanza y la
espada como símbolos del equilibrio y la impartición de justicia.
Su falta de visión se suple con los ojos que lleva
representados en el vestido, diciéndonos que su visión interior, que no se deja
llevar por las apariencias, le permite conocer la verdad.
El Ermitaño. De nuevo, como en El Loco, aparece la vejez, tema
recurrente en Klimt.
Se representa a un hombre desnudo que se ha despojado
de sus ropas para eliminar todo ego y vanidad relacionada con lo mundano.
Se encuentra frente a lo que puede ser un abismo,
separado por un sutil velo.
Está con la cabeza agachada, consciente de que por
mucho que se viva no se llega a saber nada.
La Rueda. En este caso se sustituyen los cuatro personajes por
una mujer sentada de mirada lánguida apoyada sobre una rueda en representación
de los ciclos.
En su vestido aparecen representados el ojo y el
triángulo como expresión de la luz espiritual y del espíritu mismo.
La Fuerza se representa en este caso por la imagen de Salomé,
en la que vemos a una sensual y voluptuosa princesa Judía cogiendo por el pelo
la cabellera de San Juan poco después de haber bailado la danza de los siete
velos ante su lujurioso padrastro Herodes.
Este pasaje bíblico sirve para poner de manifiesto una
vez más el poder femenino, y este Arcano en concreto, dominando los instintos
mediante el poder de la inteligencia.
El Colgado queda representado por un hombre joven que pende del
tobillo derecho, símbolo de la elevación del espíritu.
Su cuerpo forma dos escuadras indicando que el hombre
es un instrumento para medir las dimensiones del mundo físico.
La Muerte recrea el cuadro de Klimt de La muerte y la vida.
A la derecha de la imagen vemos lo que puede ser una
familia en la que todos sus miembros parecen sumidos en un dulce sueño.
A la izquierda, una calavera vestida con una túnica
con cruces representa lo material, y en lugar de una guadaña porta una tibia
como contenedor de las semillas de la vida.
La Templanza. Una mujer
joven desnuda que representa a Eva, lleva en su mano izquierda la manzana, el fruto
del conocimiento, mientras con su derecha derrama el agua de la Vida sobre una
cabeza femenina.
La escena nos cuenta cómo el don de la sabiduría
conquistada por el alma humana nutre la mente receptiva del hombre.
El Diablo. Vemos al fondo una especie de gorila monstruoso que
domina la escena, símbolo del instinto animal.
Justo delante de él, una anciana que parece
representar la conexión con los instintos, parece manejar como marionetas a dos
mujeres más jóvenes muy delgadas que representan ambos hemisferios cerebrales,
el racional y el instintivo.
La Torre. Al margen izquierdo de la imagen aparece un edificio
clásico en el que la parte superior se descabeza provocado por el paso de una
lengua de fuego que surca el cielo y que libera a dos personajes de su antigua
prisión, que fluyen cabeza abajo a través de una corriente de agua a modo de
velo, que les sirve de amortiguación para no chocar contra el suelo.
La Estrella nos muestra a una joven mujer semidesnuda
(símbolo de la vida Cósmica y de la Madre Naturaleza) de rostro sereno que
abraza tiernamente a otra mujer también semidesnuda, teniendo como fondo un
firmamento estrellado con un flujo de color rojo.
La imagen encarna la
inocencia de la humanidad.
La Luna se ha transformado en una hermosa imagen onírica en
la que una mujer en posición fetal se acurruca en una luna en cuarto menguante,
flotando en el Cosmos.
Se trata del inconsciente gestando dentro de sí el
sueño de la vida.
El Sol. Teniendo como fondo lo que puede ser un jardín,
tenemos a una pareja abrazada en la que el hombre está de espaldas al
espectador.
Esta pareja representa la unión de los opuestos.
Detrás de ellos un árbol con copa solar, radiante, les
ilumina.
Es en este sol en el que a ambos lados aparece una
cabeza de un simio representado la parte primitiva de lo que precede al hombre
y desde el cual ha evolucionado la humanidad.
El Juicio nos
muestra una perturbadora imagen en la que una oleada de cuerpos de diferentes edades
parece ascender al Cielo a través de un extraño fluido.
La escena nos habla de la resurrección de los muertos,
como así lo confirma la aparición de un esqueleto entre esos seres.
Y el último Arcano Mayor de este mazo, El
Mundo que al igual que en el Arcano de La Rueda, toda la escena queda
sustituida por una mujer de perfil que está embarazada.
Su vientre abultado nos habla de la totalidad antes de
que surja la dualidad, ese estado en el que el vacío o el todo no tiene
polaridad.
hola me encnató este post. tienes mas informacion de este mazo, hace poco me lo regalaron yo anteriormente leía el rider y ahora quiero continuar con este mazo que es una obra de arte.
ResponderEliminarcualquier información seria de ayuda